Icono de Marantz
Mientras que los 60’ son a menudo reconocidos como una década arquetípica, pocos períodos en el tiempo conformaron más nuestro mundo moderno que los 80’, en especial la primera parte.
A medida que la crisis económica, la escasez de petróleo y la música disco de los 70’ se desvanecieron, emergió una nueva energía social a escala global. A esa energía se unió una tecnología del audio digital que pasó a una velocidad vertiginosa del laboratorio al ámbito general.
// La era del disco compacto había comenzado //
Esta nueva tecnología de reproducción, desarrollada conjuntamente por Philips (en aquel entonces emparentada con Marantz) y Sony, fue dada a conocer con una grabación compacta de los Valses de Chopin por Claudio Arrau. Aunque algunos de la vieja guardia consideraron que el sonido del CD era áspero, la inmensa mayoría celebró esta tecnología por su bajo ruido de fondo, su reproducción sin interrupciones, la ausencia de arañazos y los chasquidos creados por los mismos.
El 1 de octubre de 1982, la primera entrega de “discos compactos de audio” o CD llegó al mercado japonés. En esencia, esta digitalización de la música fue el precursor de nuestra actual era del streaming.
Un mes después, un artista enfundado en guantes conocido como “El Rey del Pop” presentó un álbum y una mini-película relacionados con el terror que cambiarían el futuro del pop y revitalizarían la totalidad de la industria de la música.
El CD no tardó mucho tiempo en situarse en lo más alto del mercado global de ls música. Entre los títulos más populares figuraban álbumes del Boss favorito de Nueva Jersey y de un supergrupo británico que no tenía miedo de explorar las caras más oscuras de la música. De hecho, esta obra maestra lunar demostró ser tan popular que corrieron rumores de que la totalidad de la fábrica fue modificada para prensar el CD con el fin de satisfacer la demanda.
Más o menos en paralelo con la publicación del álbum “thrilling” y con los títulos antes mencionaros inundando las estanterías de las tiendas, compañías especializadas en electrónica de todo el mundo empezaron a fabricar reproductores de CD en masa.
Pero como sucede con todas las cosas, emergiría un líder.
Comercializado en otoño de 1982, el Marantz Model CD-63 original fue uno de los primeros reproductores de CD adoptados de forma masiva por el mercado, hasta el punto de que sus detalles y su fabricación son muy apreciados y resuenan con fuerza en componentes de audio de hoy en día. Según el historiador y aficionado @MarantzHistory, “el CD-63 grita la década de los 80.”
Con su diseño de carga superior y su característico color champán, el CD-63 destacó inmediatamente por su refinado aspecto y sus inigualables prestaciones. Las características del CD-63 –entre las mismas también figura un párrafo sobre las ventajas del sonido digital- están grabadas en el aparato. Su visualizador de funciones incluye un total de 15 indicadores luminosos LED, uno por pista en la mayoría de CD’s. Si el CD a reproducir tenía más de 15 pistas, sl salto de pista era imposible.
Utilizando elementos del Philips CD-100, el Magnavox FD 100 y el Grundig CD-30, el CD-63 muestra cómo los ingenieros y Maestros en Sonido de Marantz pueden utilizar bloques de base estándar y maximizar sus prestaciones. Esta reingeniería incluye el “sobremuestreo”, una avanzada tecnología digital cuyo uso tiene como resultado un filtrado analógico menos complejo y un sonido más limpio y rico.
Propuesto inicialmente por 250 libras esterlinas (unos 325 dólares), el CD-63 original es raro y altamente valorado por los coleccionistas. Dicho valor procede de su combinación de sonido de altas prestaciones, bella estética de ciencia ficción y una durabilidad casi a prueba de balas.
//… una característica excepcional, inalcanzable por el formato analógico.//Inscrito en el CD-63
Con 40 años de existencia recién cumplidos, el revolucionario formato CD no sólo ha sobrevivido. Ha redefinido la manera de hacer, crear, vender y coleccionar música. En la actualidad, los CD’s han encontrado una nueva vía hacia la relevancia. El resurgimiento del formato ha venido no necesariamente por su calidad sonora, que continúa prevaleciendo, sino por su carácter físico. Mientras que el streaming aporta comodidad, los audiófilos todavía disfrutan algo concreto que retrata quienes son, algo que pueden sujetar con sus manos y contemplar, algo que perdura.
Partiendo de este legado de avances, Marantz continúa desarrollando los mejores lectores de CD del mundo. Uno de nuestros modelos más recientes, el SACD 30n, ofrece a los entusiastas una reproducción superior de su formato más apreciado. Marantz mantiene su compromiso con los CD’s y con quienes los coleccionan, innovando en productos para los años venideros. Continuando su apuesta por la ingeniería de audio de alto nivel refinada por nuestro Maestro en Sonido para ofrecer la reproducción sonora más cálida y delicada imaginable.
¿Quién sabe? A medida que los formatos de audio continúan evolucionando, esta nueva generación de reproductores de CD de altas prestaciones de Marantz podría llegar a ser todavía más coleccionable.
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